Hay dos formas de conquistar y esclavizar una nación. Una es la espada. La otra, es la deuda. John Quincy Adams, estadista estadunidense.

Una gallina le dice a un cerdo, puerco, marrano o cochino: Oye, creo que te van a matar, y el cerdo le pregunta ¿quién?, la gallina le aclara: El granjero dijo que a las gallinas nos iba a dar chicharrón. Sin te reíste bien, si no, pasas, lectora (or), al nefasto grupo de los márgaros.

Y ahora al tema semanal porque este país, en el cual nos tocó vivir, está lleno de deudas, deudas, deudas, encabezando la lista la tristemente celebre empresa de "calidad mundial" y donde radica la soberanía nacional Pemex.

La campaña presidencial está ya desatada, algún Alejandro y no Magno precisamente, deshizo el nudo gordiano que había en la petrolera arriba indicada, no fue un Alejandro, fue una Alejandra la que la desbarató el citado nudo, o sea, la señora X (de Xóchitl), no se contuvo y ya le dijo al "bienamado" de palacio nacional, que si ella llega a sentarse en la "La Silla del Águila", cerrará las refinerías de Cadereyta y de Ciudad Madero.

Lo dicho por la susodicha, para pronto le puso los pelos de punta al Viejo y no se diga a su consentida Claudia (bueno a ella se le puso de punta su cola de caballo), contestando el primero que la exgelatinera no venderá a México, a la patria, no obstante que Pemex, sigue teniendo enormes pérdidas, según los economistas enterados de los intríngulis petroleros, lo que demuestra el fracaso del sueño de verano del macuspano, de seguir protegiendo la soberanía nacional, refinando gasolina y así ya no tener que importarla de USA, porque pronto seremos, como nación, autosuficientes en esta materia (?).

Como indios mexicas, cómo nos gustaría que lo anterior se hiciera realidad, pero desgraciadamente no es posible, la historia de Pemex, desde 1938, nos ha demostrado fehacientemente, que esta petrolera paraestatal, sigue sobreendeudada, por lo cual, sigue representando un alto riesgo para las finanzas públicas de esta nación, que todo lo tiene y todo lo pierde, por esas cosas raras de la política.

La corrupción y la impunidad en Pemex, aún en este sexenio cuatrotero, no cede, sigue viento en popa, sigue siendo nuestro máximo barril sin fondo.

Y por ese tenor anda, también, la otra empresa paraestatal de "calidad mundial CFE", otro barril sin fondo que, aunque no sea un producto extractivo como el oro negro o los minerales, el gobierno se la quedó en el sexenio de Adolfo "El Jóven". Ya les contaremos. Vale.

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