El presidente López Obrador convirtió la disputa por las gubernaturas de Coahuila y el Estado de México, en una elección de Estado.

En violación sistemática de la Constitución hizo de su comparecencia mañanera elemento central de su estrategia electoral, para apoyar a sus candidatos.

Una y otra vez pasó por alto las advertencias y señalamientos del INE y el TEPJF, que le pedían respetara la Constitución y dejara de hacer campaña.

El gobierno federal a través de los Siervos de la Nación, de la intervención de distintos funcionarios públicos y del uso de recursos apoyó de manera escandalosa a la candidata de Morena-PVEM-PT en el estado de México.

A los gobernadores de Morena se les exigió que intervinieran con recursos humanos y financieros en las campañas y a las corcholatas se les dio órdenes de que hicieran presencia en esos estados.

La elección de Estado, a cargo del presidente, fracasó. En Coahuila la diferencia del candidato de la alianza PRI-PAN-PRD es de 35 puntos con relación al de Morena, la más amplia de la historia reciente.

En el Estado de México, donde las encuestas tramposas de Morena y también otras, decían que la diferencia sería de 20 puntos a favor de la candidata de Morena-PVEM-PT, solo fue de ocho puntos.

El presidente, a pesar de todo, no logró que la sociedad mexiquense votara masivamente por su candidata, que se presentaba por segunda ocasión. Y en Coahuila sus llamados a la unidad y al voto fue un rotundo fracaso.

El presidente no solo convirtió a esta en una elección de Estado sino también la propuso como un referéndum plebiscitario sobre su mandato y no le resultó.

La suma total de votos en las dos contiendas señala que la alianza Morena-PVEM-PT obtiene 3 548 410 votos y la del PRI-PAN-PRD 3 494 061, una diferencia de solo 54 349 votos. Es un real empate.

Los resultados de Coahuila y el Estado de México establecen un nuevo escenario de cara a las distintas elecciones que habrán de celebrarse en 2024.

La intervención descarada y anticonstitucional del presidente en las campañas que acaban de celebrarse deja en claro, que sus discursos hacen ruido, pero no convocan y convencen.

@RubenAguilar

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