La violencia desde los cuerpos de emergencia
Foto: Gabriel Barraza

Ciudad Juárez.- En una ciudad como Juárez, que durante varios años fue considerada una de las urbes más peligrosas de México y el mundo, la violencia ha marcado a los familiares de las víctimas, a la comunidad fronteriza, pero también a quienes se encuentran en los servicios de emergencias y tienen que trabajar de cerca con quienes sufren algún atentado o un accidente.

En Juárez existen corporaciones públicas que brindan atención médica prehospitalaria a quien lo requiere, como el Departamento de Rescate Municipal, así como la Unidad de Rescate de Gobierno del Estado (URGE) e incluso la Cruz Roja Mexicana.

Adrián Ramírez, de 50 años de edad, ha sido paramédico durante 27 años en esta ciudad y ha pertenecido a las corporaciones de emergencia mencionadas, por casi tres décadas ha estado cerca de los hechos violentos y tragedias que han ocurrido en esta ciudad, que aunque lo han marcado, son motivo para seguir ayudando.

“Mis inicios fueron en los años 90 en la Cruz Roja Mexicana, donde estuve tres años, posteriormente en el Departamento de Rescate donde estuve 20 años y después en URGE”.

Además explicó que los hechos violentos que considera que más lo marcaron ocurrieron durante los años de 2009 a 2012.

“Los hechos de alto impacto no se pueden comparar con los de estos años, fueron muy severos y no se comparan con la crisis de 2009, 2012 (…) estuve en la situación de Villas de Salvárcar, en los centros de rehabilitación donde hubo masacres y ver a los compañeros de rescate en el coche bomba… es muy estresante”.

Aunque vivir de cerca el resultado de la violencia y atender a los afectados por accidentes o percances es muy impactante, siempre se debe tener sensibilidad, sin importar que se pierda la impresión.

“Creo que estamos aquí por algo, es algo que tenemos que hacer y que nos gusta. La sensibilidad es lo que nos tiene que mantener en este trabajo, porque cuando se pierde esa sensibilidad ya no estamos viables para esto (…) ya hemos perdido el sentido del asombro, pero no podemos perder el sentir, porque son seres vivos y creen en nosotros”.

Tener esa responsabilidad en la que el paciente y sus familiares tienen puesta su fe, es lo que cada vez mantiene su fuerza para seguir haciendo lo que le gusta, comentó Adrián, quien para finalizar, añadió que “tenemos que ser fuertes para ayudar, pero dejar todo eso en el hospital para no llevarlo a casa (…) y nos toca como veteranos instruir a las nuevas generaciones”.

Muchas veces se habla de la manera en que la violencia en Juárez ha afectado a muchos sectores de la comunidad y que, además, se han normalizado, sin embargo, los miembros de los servicios de emergencias, como los encargados de operar una ambulancia, también se han visto involucrados en este ambiente en el que hay que ser fuerte y tener vocación ha hecho que se pueda seguir haciendo este trabajo, consideró Ramírez.

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Adrián Ramírez
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