Sinaloa.- Los Bravos de Ciudad Juárez salieron de la playa mexicana con los tres puntos tras dominar de principio a fin al Mazatlán y ganado 0-2 a domicilio.
La roja y la rutera morada
Era cálida la tarde del Pacífico Mexicano y la grada dejaba ver todo color verde porque no había gente. Así arrancaban las hostilidades entre los Bravos de Ciudad Juárez y los Cañoneros de Mazatlán.
Corría ya el minuto cinco y los que hacían la lucha queriendo techar al rival eran los de Mazatlán. Los morados iban por arriba, pero con la precisión de un pistolero ciego.
La primera de peligro era cortesía de Francisco Calvo quien apuntó para abajo en el cabezazo y le terminó pegando al travesaño. El puro susto para la minoría cañonera presente en el entarimado. Acto seguido, los pocos presentes mejor voltearon el cuello para ver al dueño del equipo.
A eso del cuarto de hora los de Sinaloa ya tocaban la bola dentro del área, pero era Aitor García quien bajaba hasta el otro extremo de la cancha para deshacer toda acción de peligro. Era poco, muy poco lo que enseñaba el conjunto púrpura en el arranque del compromiso. 10 minutos más tarde, antes de que todo se trabara en el medio sector, Dieter Villalpando probaba a Hugo González desde media distancia. El también conocido como “manos guangas” retuvo el esférico a dos tiempos sin titubeo.
Nos quedaba 15 para ir a la regadera y la localía ya era una rutera bien estacionada en la parte de atrás. Esto hasta que Luis Amarilla se arrancó en el contragolpe. Para desgracia del respetable local, Amarilla se la dejó a Gustavo del Prete para que se hiciera bolas con la número cinco y echara a perder todo.
El propia Amarilla volvió a insistir, pero pasó la bola desviada del marco que defendía Sebastián Jurado gracias a la pierna de Francisco Calvo. Acto seguido, Del Prete la reventó al palo, pero nada más al palo.
A cinco del descanso José Madueña dejaba a los suyos con un hombre menos después de clavarle los tochones en la rodilla al defensa fronterizo oriundo de Costa Rica.
Así nos íbamos al medio tiempo: con un 0-0 y unos caballos que todavía no sabía cómo no entraba el gol.
Se soltó el caballo
Los de las tierras de Juan Gabriel arrancaban el complemento con la superioridad numérica y con la necesidad de anotar sí o sí para no dejar escapar a los comandados de Gilberto Adame en la tabla porcentual.
Tanto fue el cántaro a la fuente que a la hora cumplida se rompió. Los locales se hicieron bolas en la cobertura y le dejaron un rebote a Aitor García que no hizo más que pasársela a Avilés Hurtado para que la mandara guardar. 0-1 con media hora por disputar.
Seis minutos se tardó Ángel Saldívar en colarse por la banda de la derecha y repetir la misma asistencia que había puesto el español: pase sencillo y a ras de pasto para que Jesús Venegas viniera desde atrás a marcar el 0-2 al 66.
Al 70, los 10 mazatlecos que quedaban ya estaban desfondados, desgarrándose para reventar la pelota como dios les daba a entender, todo mientras el respetable del puerto se dedicaba a chiflar, no precisamente para pedir cerveza.
El cronómetro llegaba hasta los 80 y los de la tierra de la banda se lanzaban al frente con Luis Amarilla. Este primero se la estallaba en un muslo al ex tiburón de Mazatlán y después, al contrarremate la de gajos acababa en el poste. No hacían falta jugadores… Hacía falta un brujo.
Quedaban cinco y Mazatlán ya había bajado los brazos después de haber rematado contra otro poste. No había nada que hacer más que esperar el silbatazo del cantante vestido color Piolín. El tiempo se acabó al 90 y poquito más: Bravos había ganado.
