¿Por qué el ejercicio es bueno para la salud? Respuesta está en las células
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En un mundo cada vez más sedentario, el ejercicio regular es impresindible para mantener nuestros cuerpos sanos y prolongar nuestras vidas. Las investigaciones han descubierto que caminar rápidamente durante 450 minutos cada semana se asocia con vivir alrededor de 4.5 años más que no hacer ejercicio en su tiempo libre, y que realizar actividad física regular puede fortalecer el sistema inmunológico y prevenir enfermedades crónicas, como el cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.

Pero, dice Dafna Bar-Sagi, bióloga celular de la Universidad de Nueva York, la pregunta candente es ¿cómo logra el ejercicio sus efectos beneficiosos para la salud?

En la última década, los investigadores han comenzado a construir una imagen del vasto laberinto de procesos celulares y moleculares que se desencadenan en todo el cuerpo durante (e incluso después) un entrenamiento.

Algunos de estos procesos reducen la inflamación, mientras que otros aumentan la reparación y el mantenimiento celular . El ejercicio también hace que las células liberen moléculas de señalización que transportan una serie de mensajes entre órganos y tejidos: desde las células musculares hasta los sistemas inmunológico y cardiovascular, o desde el hígado hasta el cerebro.

Pero los investigadores apenas están comenzando a descubrir el significado de esta cacofonía de interferencias, dice Atul Shahaji Deshmukh, biólogo molecular de la Universidad de Copenhague. "No hay ninguna molécula que funcione sola en el sistema", dice Deshmukh, que disfruta del ciclismo de montaña durante el verano. "Es una red completa que funciona en conjunto".

El ejercicio también está atrayendo la atención de los financiadores. Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, por ejemplo, han invertido 170 millones de dólares en un estudio de seis años de duración con personas y ratas cuyo objetivo es crear un mapa completo de las moléculas detrás de los efectos del ejercicio y cómo cambian durante y después de un entrenamiento. El consorcio detrás del estudio ya ha publicado su primer lote de datos de estudios en ratas, que explora cómo el ejercicio induce cambios en los órganos, tejidos y la expresión genética, y cómo esos cambios difieren entre los sexos.

Desarrollar una visión más clara del mundo molecular del ejercicio podría revelar objetivos terapéuticos para medicamentos que imiten sus efectos, ofreciendo potencialmente los beneficios del ejercicio en una pastilla. Sin embargo, es controvertido si estos medicamentos pueden simular todas las ventajas de los medicamentos reales.

El trabajo también podría ofrecer pistas sobre qué tipos de actividad física pueden beneficiar a las personas con enfermedades crónicas, afirma Klarlund Pedersen. "Creemos que se puede prescribir ejercicio del mismo modo que se puede prescribir un medicamento", afirma.

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